¿QUE SABEMOS DE EL APRENDIZAJE?


Debemos tener ideas claras sobre el aprendizaje y en qué contexto se da.

 Si realmente deseamos como padres de familia involucrarnos en la tarea de educar y apoyar académica-mente a nuestros hijos, debemos primero que nada tener ideas muy claras sobre lo que es el aprendizaje y en qué contexto se da.
 Podemos considerar que el aprendizaje es el proceso mediante el cual un sujeto adquiere destrezas, aptitudes o habilidades prácticas, incorpora contenidos informativos o adopta nuevas perspectivas de conocimiento y/o acciones basadas en el estudio o en la experiencia, a lo largo de toda su vida.
 Dentro de las posturas constructivistas sobre el aprendizaje, destaca de manera importante el “aprendizaje social” postulado por Lev. Vigotsky, quién fundamente la importancia del contexto social y la interacción del niño con el adulto (y del adulto con otros adultos más experimentados) como un factor de suma importancia para que el aprendizaje se logre, y además que se logre con calidad.
 Los Estados Unidos, la importancia de la acción social como fuerza principal del desarrollo cognitivo se ha asociado con este teórico (Vigotsky) quien señala que los niños pueden hacer con ayuda de otros, mucho más de lo que pueden hacer solos, a diferencia de lo postulado por Jean Piaget, quien destaca la actividad del niño y su relación con el entorno en general, como punto clave del desarrollo y de sus aprendizaje, minimizando la participación y la ayuda del adulto.

Estimación del aprendizaje individual de cada niño, podría ser el desempeño que este tiene en una tarea que supuesta-mente mide un proceso cognitivo particular. En la práctica escolar, el niño aprueba o fracasa, pero ¿qué ocurre si el niño no logra una solución independiente de problemas y es ayudado para que alcance un nivel superior? ¿Esta ayuda es conveniente o afecta el proceso de aprendizaje del niño? Vigotsky señala que existen acciones de poyo al aprendizaje, y estas son:

·         Sugerencias para una solución más madura elegida por el niño

·          Preguntas orientadoras, que guíen al niño hacia encontrar el sólo la respuesta.

·         Obligar al niño a defender o cambiar una teoría, cuestionándolo sobre sus respuestas.
 Vigotsky sostenía que lo que los niños pueden hacer en las interacciones sociales (con sus padre, maestros y compañeros), es decir, que toda esa experiencia con los adultos, le brindará importantes aprendizajes en su vida.
Los escenarios sociales crean zonas de desarrollo próximo que al principio operan solo en esas interacciones cooperativas, pero, gradualmente, los procesos suscitados se interiorizan, se convierten en parte del logro evolutivo independiente del niño.
 Un ejemplo podría ser el niño que frecuentemente sale de pesca con su papá. En un principio, el padre realizará la mayoría de las actividades y el niño irá aprendiendo de su convivencia y su ejemplo y su orientación. El padre deberá permitir que poco a poco su hijo vaya asumiendo mayores funciones, hasta que después de un tiempo, el niño podrá realizar adecuadamente todo aquello que su padre le enseñó, y aún más, tendrá la habilidad de modificar y superar lo que aprendió de su padre.
 Si un niño va de pesca con su padre u otra persona y no se da de forma natural esa interacción, sino que el padre actúa independiente y deja al niño que aprenda solo, el aprendizaje no logrará la misma calidad, además de que el componente afectivo de la buena relación padre-hijo, es fundamental en el desarrollo de habilidades.
 De igual forma la interacción del maestro con el alumno debe ser la guía que lleve a este último a aprender y mejorar lo aprendido. La relación del niño con el maestro y con sus compañeros es fundamental para los aprendizajes de calidad, encontrando también en ese ambiente escolar (comunidad de aprendizaje) un fuerte componente emocional.
Definimos esta actividad como el desarrollo de una “comunidad de aprendizaje” Los intentos de diseñar nuevos ambientes de aprendizaje para facilitar la educación de los niños no están solo concernientes a la naturaleza social del aprendizaje, sino también con las consecuencias de esa teorización en cuento a qué debe enseñarse, cuándo hay que enseñarlo y cómo se enseña y posteriormente se evalúan los frutos de esa enseñanza.
 Otras ideas que podemos abordar para encontrar nuevas herramientas para el aprendizaje, se refieren a la concepción humanística del aprendizaje formulada por Royers (1969). Esta es la enseñanza centrada en el alumno, y se caracteriza entre otras cosas por recoger las aspiraciones ancestrales de una educación adaptada a las necesidades de cada individuo, y sitúa al desarrollo personal del alumno en el centro del proceso educativo y señala como fin prioritario, que la persona funcione de manera integrada y efectiva, que construya su propia realidad, que encuentre su identidad particular.
Según este autor, la mayor parte de las teorías del aprendizaje y de los modelos educativos reposan sobre una concepción extrínseca del aprendizaje, ignorando sistemáticamente los valores, fines, sentimientos y actitudes del alumno. De aquí que la educación que se imparte en los centros escolares es (en muchos casos) impersonal centrada en el maestro, utilitaria, directiva y en último término, irrelevante para las necesidades individuales del alumno.
Como padres de familia debemos tener muy presente estos conceptos, pues nos van a permitir crear el mejor y más idóneo ambiente de aprendizaje en el hogar y además exigir el entorno escolar estimulante y desarrollador para nuestros hijos.

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